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Argimira, abuela educadora: “En las sesiones aprendemos a gestionar nuestras inquietudes y a organizar el tiempo con nuestros nietos“

Una de las participantes del proyecto de Abuelos y Abuelas Educadores es Argimira Rodríguez (segunda por la derecha en la foto) y lo hace en la escuela de Rus, que depende de la Asamblea de Cruz Roja en Carballo. Ella es la protagonista de esta entrevista, dándonos la oportunidad de conocer en primera persona su experiencia ya que asiste semanalmente a las sesiones y disfruta de actividades que le permiten compaginar sus diferentes roles como abuela, madre, y mujer.

 

El objetivo de este proyecto es ofrecer herramientas y canalizar el tiempo que dispensan los mayores a sus nietos y nietas, para que sea más provechoso y de calidad. A través de este programa educacional se trabaja en pro del bienestar, la renovación constante y la optimización de la relación con los más pequeños.

 

¿Cuántos nietos tienes, Argimira?

 

Dos nietos, una nieta y un bisnieto, cuatro en total.

 

¿Cómo es tu relación con ellos?

 

Es muy buena. Ya tengo un bisnieto al que estoy ayudando a criar y lo hago como puedo porque estas edades son muy buenas para disfrutarlas pero no para tener tanta responsabilidad. Afortunadamente, en la Escuela de Abuelos y Abuelas Educadores me permitieron llevarlo a las actividades y así podemos trabajar juntos y disfrutamos de ese tiempo.

 

¿Es diferente la abuela Argimira de hoy en día a la de sus primeros años en ese rol?

 

Sí, vas aprendiendo cosas, sobre todo aquellas que te van diciendo a través de las sesiones en la Escuela que, por cierto, tenemos al aire libre. Vamos aprendiendo a gestionar nuestras inquietudes, a hacer manualidades, cocina, dinámicas grupales y cómo distribuir el tiempo con nuestros nietos. Asistimos a sesiones de una hora y media o dos horas en donde nos divertimos y compartimos experiencias. Además, en Carballo, asisto por mi cuenta a una escuela de pintura. Todo eso contribuye a mi desarrollo personal, a compartir con las amistades, como cuando vamos a por un café o unos pinchos y a disfrutar con los nietos, que ya sabemos lo bien que se pasa.

 

¿Qué se siente al ser abuela?

 

No se siente como ser madre porque se les quiere más a los hijos pero no les falta cariño a mis nietos. Los hijos van encontrando cosas en la vida que han hecho que se les tenga que ayudar. Así lo hago con mis nietos y a este bisnieto en particular le quiero como a un hijo. Ya va a cumplir ocho años. La vida con él ha sido de ponerle los pañales, acostarlo, darle la comida, llevarle al cole, al médico y como dice el refrán “el roce hace el cariño”. Y eso no me hace descuidar a mis otros nietos, los quiero y me afecta todo lo que les sucede.

 

¿Disfrutas plenamente con tu familia?

 

Sí, por ejemplo, cuando hay una churrascada aquí en Carballo y estamos un rato juntos me lo paso estupendamente. He sido cuidadosa en estos tiempos de pandemia y lo hacemos lo mejor posible para cuidarnos.

 

¿Qué dirías a los abuelos de nuestros días?

 

Soy una bisabuela de 73 años pero les diría que miren por los nietos, que si los hijos no pueden debemos ayudarles en la medida de nuestras posibilidades. Ya sabemos lo que es ser padres y el papel de abuelos ya lo estamos haciendo. Es algo parecido a ser padres y no tenemos por qué sentirnos mal cuando cogemos a los niños y así permitimos que nuestros hijos puedan trabajar y no tengan problemas con sus peques mientras conviven. Eso sí, es importante que nosotros como abuelos también nos sintamos bien. Yo les diría que si sus hijos no pueden brindar toda la atención a sus niños y niñas, nosotros como abuelos debemos ayudarles.

 

Argimira espera con ansias las reuniones en la Escuela. Allí se encuentra con sus amigos y amigas, aprende del voluntariado y el equipo técnico. Cose, cocina, optimiza su relación con sus nietos y trabaja en su árbol de vida. Siente que desarrolla habilidades para enfrentar esta nueva realidad. Se siente útil y necesaria. Es consciente de que necesita también tiempo para sí misma y por eso no deja de asistir a las sesiones en Rus, pues son días en los cuales mejora en su tarea de ser abuela y madre, los 365 días del año.

 

Ser abuela o abuelo es una forma de vida que va agregándose paulatinamente a nuestras celebraciones sociales, además los mayores deben enfrentarse a nuevas situaciones familiares, adaptando en algunas ocasiones el rol de educadores. A muchos niños y niñas les gusta estar con sus abuelos y abuelas porque a su lado no existen tantas órdenes u obligaciones, pero más allá del papel afectivo y funcional que cumplen, estos son importantes para el crecimiento, la educación y la salud emocional de los pequeños, además de ser una fuente de transmisión de la historia y la cultura familiar.

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